El servicio y la caridad

Por: Patricia Cortés Martínez - Socióloga y Sanadora con Rosas.



La ley universal de recibir y dar.

Cada que puedas ayudar a alguien desde tu luz, sin expectativas, sin doble interés date permiso de compartir.
Hace tiempo pedí un aumento de sueldo ya que mis jornadas se extendían al doble de lo pactado y por cuestiones de presupuesto no pudieron.
Había otra compañera en situación similar a la mía y dijo yo ya hice mi servicio social hace muchos años atrás, y se fue.
Ese trabajo me apasionaba y era el resultado de mis sueños de haber logrado mi título en la sociología. Mi economía subsidiada por mi marido me permitió quedarme en esas condiciones laborales, y sí lo pienso, hice un servicio a mi comunidad, a la institución, pero sobre todo a mí misma cumpliendo un anhelo vocacional.
El tiempo en breve me llevó a otro servicio más importante. Mis hijas necesitaban con urgencia de mi presencia, aún eran pequeñas y pensarías que esto era un deber, una obligación o una responsabilidad, sin embargo, es el servicio más auténtico, bondadoso y hasta dramático. Cuando sentí que estaba renunciando a los sueños profesionales como mujer, por maternar, suele sentirse así, a veces en esta labor se necesita de la caridad, como cuando cuidas a un enfermo.
Fue sólo un tiempo, porque los hijos crecen muy rápido y yo encontré muchas otras pasiones: intelectuales, amigas mamás que nos nutrimos al compartir esos momentos y con historias similares, maestras de medio tiempo, ventas por catálogo, masajes a domicilio, cuidadoras, podólogas y tanta creatividad femenina para la economía personal y familiar, grandes mujeres.
Después vinieron otros servicios, de muchas formas y maneras. En público o en privado, reconocido o en absoluto anonimato, en individual o colectivo.
La clase alta hace de esto un show, la clase media un compartir auténtico y los pobres una gran manifestación de solidaridad.
En tu luz perfecta y en ese Dios que vive en ti. Deja un espacio en tu calendario para expandir la abundancia y generosidad que sin clases sociales está en ti.
La vida no es un servicio profesional, es un servicio espiritual.
Viví de abusos en esta creencia por personas poco escrupulosas y aprendí también de los límites del amor.
El servicio es también a ti, buen descanso, alimento y salud, amor y protección.
Sé el ancestro que deja herencias de bondad, caridad, compasión y solidaridad y también amor por si mismo. Alimenta y nutre tu ser de la virtud del servicio incondicional.
En mi experiencia es uno de los mejores imanes de bonanza y salud emocional, individual y colectiva.
Namaste.

Otras aportaciones de Patricia Cortés Martínez



Su participación en Voces que Sanan con el tema: Una visión sociológica del método de Sanación con Rosas

Patricia Cortés Martínez - Wapp +52155 9193 8947 correo pattava@gmail.com - Col. Clavería - 

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